⏰ Tiempo de preparación: 10 minutos
⏰ Tiempo de cocción: 10 minutos
⏰ Tiempo total: 20 minutos
🍽️ Raciones: 4
🔥 Calorías: Aproximadamente 250 kcal por porción
Ingredientes:
- 🦐 500 gramos de gambas frescas, peladas y desvenadas (pueden ser gambas medianas o grandes)
- 🧄 6 dientes de ajo, cortados en láminas finas
- 🌶️ 1 guindilla (opcional, ajusta al nivel de picante que prefieras)
- 🧈 60 ml de aceite de oliva virgen extra
- 🌿 Perejil fresco, picado finamente para decorar
- 🍋 1 limón (opcional, para añadir un toque cítrico)
- 🧂 Sal al gusto
- 🥖 Pan crujiente para acompañar
Cómo preparar:
- Preparación de las gambas:
Primero, asegúrate de que las gambas estén bien limpias. Si las compraste frescas y sin pelar, retira las cáscaras y las cabezas. Además, desvena las gambas cortando ligeramente por el lomo y retirando el intestino con un palillo o cuchillo pequeño. Si las compraste ya limpias y congeladas, simplemente enjuágalas con agua fría y sécalas bien con papel absorbente. Asegúrate de que estén completamente secas antes de cocinarlas para que no salten demasiado en la sartén. - Cortar el ajo:
Pela los dientes de ajo y córtalos en láminas finas. Para obtener el mejor sabor, es importante que los cortes lo más finos posible. El ajo es el protagonista de este plato, por lo que debe estar presente en cada bocado. - Calentar el aceite:
En una sartén grande, calienta el aceite de oliva virgen extra a fuego medio. Es fundamental usar aceite de buena calidad, ya que aportará un sabor profundo al plato. Deja que el aceite se caliente lentamente, evitando que llegue a humear. - Añadir el ajo y la guindilla:
Una vez el aceite esté caliente, agrega las láminas de ajo. Cocina a fuego medio-bajo para que el ajo se infusione en el aceite y suelte todo su aroma y sabor. Remueve constantemente para evitar que se queme, ya que un ajo quemado puede arruinar el plato con su sabor amargo. Añade la guindilla en este momento si deseas un toque picante. Si prefieres un sabor más suave, puedes omitirla o retirar las semillas de la guindilla para que el picante sea más sutil. Cocina durante unos 2-3 minutos hasta que el ajo esté dorado pero no quemado. - Incorporar las gambas:
Una vez el ajo esté dorado y fragante, es el momento de añadir las gambas. Sube un poco la temperatura del fuego para que las gambas se cocinen rápidamente y conserven su jugosidad. Reparte las gambas de manera uniforme por la sartén y cocina durante unos 2-3 minutos por cada lado, o hasta que cambien de color a un tono rosado. Es importante no cocinarlas en exceso para que no se vuelvan gomosas. - Sazonar:
Añade una pizca de sal al gusto mientras las gambas se cocinan. Si lo prefieres, también puedes añadir un chorrito de jugo de limón para darles un toque fresco y cítrico. - Toque final:
Una vez las gambas estén cocidas, retira la sartén del fuego y añade el perejil fresco picado. Remueve bien para que el perejil se mezcle con las gambas y el aceite de ajo. El perejil aporta un toque fresco y aromático que equilibra el sabor del ajo y la guindilla. - Servir:
Sirve las gambas al ajillo inmediatamente, directamente en la sartén o en una cazuela de barro para mantener el calor. Acompaña con pan crujiente para mojar en el aceite aromatizado con ajo y perejil. ¡Es irresistible!
Consejos y trucos:
- Aceite de calidad: El aceite de oliva virgen extra es clave en esta receta, ya que es el vehículo que transporta los sabores del ajo y las gambas. Utiliza uno de buena calidad, preferiblemente español, para obtener el mejor resultado.
- Gambas frescas: Aunque puedes usar gambas congeladas, las frescas siempre aportarán un sabor más intenso y una textura más firme. Si usas gambas congeladas, asegúrate de descongelarlas completamente y secarlas bien antes de cocinarlas.
- Controlar el ajo: El ajo es muy sensible al calor y puede pasar de dorado a quemado en segundos. Cocina a fuego medio-bajo y no te alejes de la sartén mientras se dora. Si el ajo se quema, el aceite tendrá un sabor amargo que afectará a todo el plato.
- Personalizar el picante: La cantidad de guindilla depende de tu gusto por el picante. Si prefieres un toque más suave, reduce la cantidad o retira las semillas. Si te encanta el picante, añade más guindillas o incluso un poco de pimentón picante al aceite.
- Añadir otros ingredientes: Puedes experimentar añadiendo otros ingredientes a la receta, como champiñones en láminas, espárragos trigueros o incluso un toque de vino blanco para desglasar la sartén antes de añadir las gambas. Estos ingredientes aportan matices interesantes al plato.
- Servir caliente: Este plato debe servirse inmediatamente para disfrutarlo en su máxima expresión. Las gambas se enfrían rápidamente y el aceite se puede solidificar un poco si se deja reposar.
- Presentación: Para una presentación más rústica y auténtica, sirve las gambas al ajillo en una cazuela de barro. Esto mantendrá el calor y dará una sensación tradicional a la hora de comer.
- Conservar las sobras: Si te sobran gambas al ajillo, guárdalas en un recipiente hermético en la nevera por hasta 2 días. Para recalentarlas, utiliza una sartén a fuego bajo para evitar que se cocinen en exceso y se vuelvan gomosas.
- Maridaje: Acompaña las gambas al ajillo con un buen vino blanco seco, como un Albariño o un Verdejo. La acidez y frescura del vino contrastarán con la intensidad del ajo y el aceite, limpiando el paladar entre bocado y bocado.
Esta receta de “Gambas al Ajillo” es un clásico de la gastronomía española, ideal para compartir en una comida o cena. Su sencillez y sabor la hacen perfecta para cualquier ocasión, y los aromas que desprende mientras se cocina abrirán el apetito de todos los que estén alrededor. ¡Buen provecho!